La Ciudad:
Caesaraugusta es la única ciudad romana que gozó del
privilegio de ostentar el nombre completo del emperador: César Augusto. Se ha
propuesto como fecha de fundación de la ciudad el año 14 a.C. quizá el 23 de
diciembre coincidiendo con el quincuagésimo cumpleaños del emperador.
El período de esplendor de la ciudad, en el que se realizan
grandes obras públicas, se desarrolla durante los siglos I y II d. C.
Plinio el Viejo dice que la colonia se situaba donde
antiguamente estaba el poblado indígena de «Salduba», en la región de la
Sedetania. Para Ptolomeo, geógrafo que escribe en el s. II desde Alejandría, la
colonia estuvo entre los celtíberos, lo que no es inexacto si se tiene en
cuenta el carácter mixto de la zona. Por otra parte, Pomponio Mela, en el s. I
d.C., la califica de ciudad floreciente.
Este triclinio hallado en la calle Añón de Zaragoza, formaba
parte de una casa de atrio, de la que se conservan además el impluvium y ocho
ambientes abiertos al atrio, entre ellos un posible tablino y varios
dormitorios. El triclinio era el comedor de lujo de la casa romana. Estaba
formado por tres klines (diván), a los tres lados de un cuadrilátero, quedando
libre el cuarto para permitir el paso a los sirvientes.
(Expuesto en el museo de Zaragoza)
Por los restos hallados, se deduce que la decoración del
techo constaba de una pantera y en el centro, Dionisio Tumbado. En la pared del
fondo al centro, Amores y a la derecha Genio Alado. En la recreación he
utilizado las imágenes de mosaicos expuestos en el Museo de Zaragoza para
decorar la pared.
Normalmente las arcas en las que se guardaban los objetos
preciosos, ropajes, dinero, etc., e incluso los tesoros de los templos, se
protegían mediante placas de bronce u otros metales. Era frecuente fijarlas al
muro de la vivienda para impedir el robo de la misma. En las casas se colocaban
en el atrio, adosadas normalmente a una pilastra, situadas sobre una base de
mampostería y fijándose en ocasiones al suelo mediante un gran clavo que
atravesaba el fondo del arca.
(Expuesta en el museo de Zaragoza)
Es extraordinaria, por su rareza, el arca procedente de
Turiaso, de madera, de forma prismática, provista de cuatro patas, recubierta
en su frente con placas, crustae, de bronce y claveteada toda de hierro.
El Teatro:
El teatro ocupaba el punto más alto de la ciudad romana
desde el que dominaba un eje urbanístico monumental formado por el puerto
fluvial, el foro, unas termas públicas y una plaza porticada adosada al propio
teatro. Es considerado uno de los más grandes de Hispania, con 105 m. de diámetro
y capacidad para unos 6.000 espectadores.
Los teatros romanos eran construcciones al aire libre. Sin
embargo, al ser la fachada escénica tan alta como el graderío (cavea) era
posible desplegar un toldo con el que cubrir el vaso del teatro. Las telas eran
de lino, teñidas de vivos colores (amarillo, rojo, etc.), y se extendían sobre
un sistema de mástiles y cuerdas. Cada mástil se anclaba en la parte superior
externa de la fachada mediante un sistema de ménsulas. Desde ellos se tensaban
cuerdas por las que se deslizaban las telas que cubrían parcialmente el teatro.
Una vez entoldado se rociaba con agua perfumada para refrescar el ambiente
(sparsiones).
El uso del velum era caro y complicado, razón por la cual
los escenarios solían orientarse hacia el Norte, de manera que los espectadores
tuvieran el sol de mediodía a sus espaldas y no fuera necesario extenderlo sistemáticamente.
No obstante, su presencia era tan valorada que se anunciaba (vela erunt: ¡Habrá
toldos!)
El César Augusto:
Un retrato del emperador Domiciano (81-96), tallado en
carneola india, piedra semipreciosa, fue borrado y reutilizado a comienzos del
siglo II (98-117) para volver a trazar en él un "nuevo" retrato del
emperador Augusto. Para ello se rebajó la superficie de la frente para grabar
el flequillo típico de Augusto, se eliminó el peinado de Domiciano, se
rebajaron las ondas sobre la cabeza y se modificó parte del pabellón auditivo
de las orejas. Además se pulieron otras partes del rostro hasta conseguir la
fisonomía de Augusto divinizado.
(Expuesto en el museo de Zaragoza)
Encontrado en el interior de una piscina cubierta,
cruciforme, de una fuente salutífera destruida a finales del s. III D.C.,
formando parte de un balneario sagrado, dedicado a Minerva Médica, junto con un
interesante conjunto de ex-votos, y ofrendas (monedas, terracotas, vasos
cerámicos, murrina, huesos trabajados, arca ferrata, pie de candelabro, etc.).
Este exvoto recuerda la milagrosa curación de Augusto en las
aguas de Turiaso a su regreso de las guerras cántabras.
(Expuesta en el museo de Zaragoza)
En la coraza de la estatua de Augusto de Prima Porta, los
bajorrelieves ilustran la restitución (en el año 20 A.C.) de las enseñas
perdidas por Craso en la batalla de Carrhae (Harrán, Turquía), en donde el
ejército romano fue destruido por los partos, en el año 53 A.C. Todos ilustran
la propia autobiografía, que hizo colocar Augusto, grabada en bronce, a los
pies de su mausoleo.
Fuentes:
Museo del Teatro Romano de Caesaraugusta
Museo de Zaragoza
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