Un poco de Historia:
Entre las paredes del que fue convento de Predicadores se esconden
muchas sorpresas. El edificio compuesto por el Refectorio y las cillas, sirve
de sede al Centro de Documentación del Agua y el Medio Ambiente (CDAMA),
iniciativa que surge en 2002 para poner de manifiesto la íntima relación que
existe entre Zaragoza y el Agua, la misma que mantuvieron los Dominicos desde
su fundación en nuestra ciudad en 1216 al recibir Domingo de Guzmán, de manos
del rey Jaime I, los terrenos para construir su Convento así como el derecho de
pesca de esturión en el Ebro a su paso por nuestra ciudad.
Este templo fue gigantesco, el tercero en dimensiones de la ciudad
después de El Pilar y La Seo, en longitud igualó a la de la catedral.
En 1250, la familia de alarifes
de los Bellito trabajan en la iglesia monacal, continuando después otras
generaciones de estos importantes albañiles mudéjares de Zaragoza con más obras
del monasterio, entre las que destaca el Refectorio, construido aproximadamente
en la primera o segunda década del siglo XIV.
Los frailes predicadores
abandonaron su claustro en 1835. Dos años después, se hizo cargo del edificio el
Ayuntamiento de la ciudad, demoliéndolo parcialmente. Al instalarse la Escuela
preparatoria militar en 1888, termina de confirmarse la demolición de sus fábricas,
con excepción del Refectorio, que se inserta en el nuevo edificio público
diseñado por el arquitecto municipal Ricardo Magdalena.
Hoy sólo quedan en pie sus
fachadas exteriores, tras haber sido utilizado como Museo de Bellas Artes, Casa
Consistorial y Escuelas Municipales, hasta su vaciado en 1983 cuando se
construye el actual Instituto por el Ministerio de Educación y Ciencia.
Entra, no te quedes fuera, y
sumérgete en un ambiente que, desde la restauración llevada a cabo por el
arquitecto municipal D. Ricardo Usón, es un ejemplo de la nueva sensibilidad
para la protección de edificios patrimoniales adaptándolos a usos cotidianos.
El Edificio:
El edificio que fue Refectorio del
Convento, es un volumen sencillo de planta de salón rectangular, con cuatro
columnas que forman diez bóvedas de crucería ojival gótico-mudéjar.
Existe
además un sótano que consta de dos naves; una de bóveda de cañón corrido y la
otra apuntada, que constituyen las construcciones más antiguas del convento
dominico, están construidas en ladrillo o réjola por aproximación de hiladas según
la forma habitual de los alarifes mudéjares. Además de estas bóvedas, existen unas salidas que conducen a otra
pequeña nave de bóveda ojival y a pasadizos ya inexistentes.
Las bóvedas del sótano tienen un
muro común de separación y apoyo tan solo perforado por un hueco de paso y dos
ventanucos, todos ellos construidos con el propio ladrillo, consiguiendo singulares
formas arquitectónicas.
La bóveda apuntada configuraba
fachada del edificio en su época, conteniendo cinco huecos, resueltos con medio
punto al exterior y lunetos hacia la bóveda, según la forma habitual de los
alarifes mudéjares.
Centro de Documentación del Agua y el Medio Ambiente:
El convento de los Dominicos
obtuvo de Jaime I de Aragón la concesión de la pesca de esturiones en el río
Ebro. Desde entonces, ha mantenido una estrecha relación con el agua al igual
que Zaragoza. No en vano, la primera Confederación Hidrográfica se creó en
nuestra ciudad.
Zaragoza fue de las primeras
ciudades españolas que organizó en 1982 un servicio específico de medio
ambiente. El Centro de Documentación del Agua y el Medio Ambiente, pretende
facilitar el acceso de los ciudadanos a la información ambiental, además de
establecer los canales necesarios para que la misma pueda ser utilizada desde
el mundo científico de la investigación al escolar, de lo público al sector
privado o, simplemente, al interés de los ciudadanos por aumentar sus
conocimientos.
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